Consejos para construir un deck de manera que resista mejor la intemperie. Tipos de madera adecuados y nuevos productos para el mantenimiento.
Las clases de maderas más frecuentemente utilizadas en la construcción de decks son pino impregnado, incienso, eucalyptus, lapacho, quebracho y timbó. Para los especialistas de la Cámara de la Madera (CADAMDA) la elección de la madera es fundamental: un material blando o mal estacionado no podrá resistir la intemperie.
La preservación de la madera ante ataque de insectos y hongos se deben usar preservadores aprobados por el Senasa y aplicarlos a pincel, inmersión o por vacío-presión (método industrial).
El paso siguiente es proteger el material de los agentes atmosféricos que no cuartee y mantenga la madera expuesta en buenas condiciones. Además, como se trata de un piso, la protección debe soportar la abrasión. El tratamiento ignífugo, como paso intermedio entre preservación y protección, es obligatorio cuando el deck se encuentre en locales comerciales.
Los asesores de CADAMDA aportan cuatro claves a considerar en la construcción de un deck:
1) El piso se debe separar no menos de 15 cm del piso natural o contrapiso, apoyado en listones que permitan que la madera quede aireada.
2) Las pendientes de desagüe deben ser respetadas y el deck debe tener una mínima pendiente para que el agua escurra.
3) Cuando sea posible, considerar el armado del deck en partes, de modo que éstas puedan ser removidas para tareas de mantenimiento. Así, no será necesario desarmar la estructura. Otro detalle a tener en cuenta es verificar que los tornillos que sujetan las tablas sean de acero inoxidable o galvanizado.
4) Todas las piezas (listones de apoyo, de clavado y tablas a la vista) deben estar preservadas y protegidas con el producto elegido al menos en una mano o dos, previo al armado. De ese modo, las superficies que luego son inaccesibles quedarán también a resguardo.
Los productos especialmente desarrollados para tratar la madera de los decks se caracterizan por proteger la tabla por penetración. A diferencia del barniz, no forman una película superficial. De esa forma, la madera es hidrorrepelente pero conserva sus poros abiertos. Respira y permite que el agua interior se evapore y así se evita la formación de algas y hongos, y se previene la putrefacción.
Estos recubrimientos se fabrican con doble protección a los rayos solares nocivos (UV y UVA) y, por su composición, son muy flexibles para acompañar los movimientos naturales de las maderas sin cuartearse, descascararse o ampollarse. El precio ronda los 100 pesos por litro. Rinde de 3 a 8 m2 por litro por mano, según la rugosidad de la superficie y el tipo de madera a tratar. Algunos productos se pueden incluso colorear para obtener tonos diferentes de madera.
Fuente: ARQ Clarín. http://ow.ly/GTPge
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